lunes, 14 de octubre de 2019

Sanar

34° Encuentro Nacional de Mujeres

Cada vez que vengo acá es porque realmente algo se me estruja por dentro, algo se me escapa como arena entre los dedos pidiendo salir y obligándome a desahogarme.
Y vuelvo. Vuelvo acá, vuelvo a Queen y Led Zepp, vuelvo a donde todo empezó. Vuelvo a este lugar que en el día a día no existe, que en la vorágine de la rutina se pierde, y entonces ahora, cuando paro, cuando me aburbujo en esta que soy acá, me doy cuenta de que en los últimos años es cada vez menos la frecuencia con la que acudo a este espacio, con la que acudo a mi. Porque este lugar soy yo, soy lo más profundo de mi, pero no cualquier parte de mi, porque conmigo convivo todos los días. Acá soy la que me quiere, la que me escucha, la que me sacó de todos los pozos y de todas las tormentas.
No puedo dejar de ver que todo lo último que vine a plasmar está profundamente atravesado por el feminismo, y recién ahora me di cuenta que yo también elegí el feminismo para sanar, pasa que hay veces que tiene que venir de afuera la fuerza para sacarlo de adentro.
Tal vez hace mucho que no siento porque estoy obligando a encastrar piezas que no van, porque, al modo que lo pide la historia, solamente estoy intentando complacer a tantos otros que no soy yo. O si, o si soy yo. Tal vez soy yo y todos esos otros soy yo, y yo es otro.
Siempre fui todo lo que los otros querían que fuera, inclusive cuando no, me cuide para ser de esa manera que no, pero que si.
¿Qué pasaría si por un segundo cierro los ojos y soy?
Sin nada después, sólo soy. 

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