Siempre tuve miedo que todo se derrumbara, que mi ser se derrumbara, que mi mente viajara y me dejara... y el que se terminó derrumbando primero fue el mundo, ante un enemigo tan invisible, efímero y biológico que ridiculiza los peores miedos de los soñadores y revolucionarios, que siempre estuvimos seguros de que el humano iba a matar al humano.
Un profesor dijo que Freud dijo alguna vez, que los miedos más comunes eran a la muerte y a la locura, porque al final del día a lo que mas le tememos es a perdernos, es a perderlo todo.Y que eso, no es más que una fantasía, porque no hay peor enemigo de la cordura que la idea de que existe una cordura, un estado de total sanidad, y que podríamos perderlo. No existe mejor amigo para el pánico, que creer que existe un todo, y que por morir no vamos a alcanzarlo.
Hace muchos años que vivo pensando que hubo un tiempo hace unos años en donde estuvo todo bien, y a lo que por supuesto debo volver. Ahí a donde me iba bien en la carrera, donde salia siempre con mis amigas, y donde tenia una relación en donde se amaba desde la libertad. Pero como tan bien lo escribo, era un dónde, un estar, un momento. Es indudable que todo eso existió, pero no fue más que un estar en el tiempo, un aquí y ahora del momento, no sé cuánto fue, no sé si fue un día, un mes o un año, pero si se que fue lo suficientemente poderoso para creer que tenia que volver atrás.
Y lo hice.
Volví.
Por suerte nada nunca es tan sexy como aparece en nuestras fantasías,
pero por suerte también existen estos pequeños rincones en la vida,
en donde la fantasía le gana a la realidad, y puedo darme cuenta
que no es tan peligroso soñar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario