![]() |
Esta Lejana soy Yo |
Veintisiete de diciembre, de dosmildiecisiete.
Muchos años pasaron, y en distintas perspectivas sigo siendo la Alina Reyes que siempre fui.
Ahora hablo de goces, y entiendo aquella agresividad tan primitiva que entra sin tocar, que siempre estuvo allí, porque es su casa... que fue usurpada, que fue usurpada con aquello que más sentimos que es nuestro, que defendemos, que nombramos, que sentimos, que experienciamos.
Y así a nuestro ser lo construyo y deconstruyo, porque es como esos espirales en dónde el afuera se convierte en el adentro, que a su vez es el afuera de otro adentro, y así, si lo pones a girar, es un infinito que se reconvierte todo el tiempo.
Entendí gran parte del juego, aprendí jugadas nuevas... sigo perdiendo de vez en cuando, pero aprendí a convertir, a ser lejana y a ser Alina; a ser de vez en cuando, a intercambiarnos, a intercambiarlas, a darles espacio y dejarlas ser.
Fui la Alina de Luis Maria; la Alina que se separó, que con esfuerzo (imagino) despegó su cuerpo de aquel Otro que domina (que ella eligió que domine); fui la Alina de la lejana y la lejana de Alina. Fui todo eso y mil Alinas más.
Volver a este espacio es volver a la mas lejana de las lejanas que fui, a la lejana que llenaba su ser alimentándose de la demanda de un Otro, que era tan ajeno como ella lo hacia propio.
A partir de acá, ¿Matilda es Alina, o sigue siendo Lejana?
¿Cuál es Yo? ¿Matilda? ¿Alina? ¿Lejana?
Las tres, todas, ninguna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario