Todos van
por ahí diciendo cuales son las verdades, cual partido político va a cambiar al
mundo, o como está el mundo de cambiado con los gobiernos actuales. A todos les
encanta creer que las mentiras son verdades, y que las verdades son mentiras,
creen ciegamente en aquello que leen, que escuchan, que les intentan “demostrar”
y yo estoy convencida que esta cegado por la mentira tanto el que leyó todos
los libros, como el que ve un programa en la televisión. ¿Por qué lo pienso?
Tal vez porque todos pelean y luchan por los ideales, pero no desde lo más puro
del ideal, sino tirando abajo el ideal que tienen en frente. En los últimos años,
lo único de lo que me di cuenta es que las banderas en vez de llevarlas en el corazón,
se llevan enroscadas en la cabeza. Así se impide que se desarrollen los
sentidos, se impide ver, se impide escuchar… ¿Por qué necesitamos desvalorizar al otro para sentirnos
importantes? ¿Por qué necesitamos mostrar y pelear por una verdad, si ni
siquiera sabemos que lo es? ¿Por qué tengo que creer ciegamente, o porque elijo
creer ciegamente todo aquello que me diga alguien un poco más arriba que yo?
Hice muy poco partidismo político, porque realmente me di cuenta de que a todos
se les hace demasiado fácil luchar por desestabilizar el ideal contrario, pero
nunca vi a nadie sentarse a ver y a pensar: “¿Por qué mi ideal no triunfa?, ¿Qué
estaré haciendo mal?” o tal vez simplemente “¿Es perfecto lo que creo? No, nada
lo es… entonces, ¿Por qué lo defiendo como si lo fuera? ¿Por qué cada vez que hay una discusión saltamos a
pelear hasta morir con números, cifras, críticas hacia el otro partido, como si
de eso solamente se tratara la verdad? Cifras que en cualquier idioma se pueden
ocultar, se pueden cambiar, se pueden dibujar.
No soy una idealista que vuela por los aires, se que el mundo nunca va a actuar
de ese modo, se que las guerras y las discusiones van a seguir pareciendo más
satisfactorias que un acuerdo, que una conversación, que un par de palabras
bien usadas. Se que nadie va a renunciar a su ego de decir “¿Qué es lo que anda
mal?” y mucho menos analizar cada una de las otras ideas desde una perspectiva
subjetiva, viendo qué se puede rescatar de cada una de ellas. Nada es
completamente malo, ni nada es perfecto. Solo sería cuestión de ser todos más
razonables, mas humanos, darnos cuenta que cualquier opinión es válida e
igualmente valedera a pesar de que sea de nuestro agrado o no.
Me gusta mucho ver como la gente pelea por sus ideales, soy una persona que
peleo y defiendo mucho lo que llevo como bandera, pero por suerte todavía se
escuchar, y se razonar, por eso la mayoría de las veces cuando veo esas peleas
que tienen tanto fundamento como nada, que tienen tanto principio como ningún fin,
que tienen tanto que defender y tan poco que razonar, me pregunto si no sería
un poco más lindo el mundo si utilizáramos las ideas y las palabras para
resolver los problemas que realmente nos asechan, y no de escudo para aumentar
cada día mas y mas nuestro ego.
"Cree en el ideal, no en el ídolo" esta difícil eso no?
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